El pañuelo de Arregui, el Once Rojo, el campo de Peñamefécit, el partido inaugural del campo del Sevilla, las tres temporadas en Primera, la victoria al Atlético de su primera temporada en el ‘infierno’, los encuentros ligueros con el Iliturgi, los ascensos en Ourense y Figueres, la eliminación del Logroñés en la Copa, las paradas de Viña. Batallas ganadas. Trozos de la historia del Real Jaén.
El escándalo de García de Loza, la derrota con el Antequerano, la presidencia del empresario malagueño Gil Vázquez, la eterna deuda, el descenso en la última jornada en Almendralejo después de lo sufrido ante el Elche, la eliminación copera en octavos de final ante el Villarreal. La crónica del Jaén también se escribe de sus errores y caídas.
Como las dos últimas temporadas, el cruce con dos filiales, el haber nadado hasta la orilla para seguir nadando, si es que se puede, una temporada más en el océano de la B.
En el último momento el Jaén no lo mereció, por juego. Porque sí lo merecieron, y mucho, sus fieles, que tendrán que penar por el desierto de una categoría cuyo sinsentido no se preocupan de solventar ni la Federación ni el Consejo Superior de Deportes ni la Asociación de Futbolistas Españoles ni los clubes.
Desde ahora el club, dirigido por un Carlos Sánchez (por cierto, aún no entiendo cómo el Jaén criticó a las juntas directivas de Palencia y Barcelona cuando su presidente no estuvo a la altura de su puesto) que se marcha sin irse, juega el partido más difícil de la temporada, el de la supervivencia.
Y en la búsqueda de ese purgatorio de la B está el Mancha Real. Pero para los de José Jesús Aybar es el cielo. Un merecido premio que está a dos partidos. Enhorabuena.
Quien ya tiene su recompensa, a falta de la confirmación del Comité de Competición, es el histórico Jaén FS. La pena es que la labor de Quique García, David Torres y Pedro Ortega puede ir al traste y el ascenso peligra, cómo no, por la falta de recursos económicos.
Los chicos no pudieron ni acabar el partido en tierras catalanas por los incidentes, pero, pase lo que pase a partir de ahora en los despacho, son de Plata. Va por Carlos.
Agustín Toledano Soto
Periodista
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