Con el título, 'AMIGOS PARA SIEMPRE' , Ricardo S. Rico, coloca dos destacados subtítulos a su información, tales como 'El buen ambiente y los gestos de camaradería se repiten por todos los rincones de la ciudad, animada por los 700 seguidores jiennenses' y más abajo destaca 'Las peñas de Palencia y Jaén protagonizan un duelo en el que vibraron sin cesar con sus equipos'.
Posteriormente relata la historia de los ocurrido y nosotros la reproducimos.
Desembarcó la 'marea blanca', como se refería la prensa de Jaén a los aficionados que viajaban con el equipo a Palencia, sobre las 14 horas, con un sol de justicia más propio de latitudes andaluzas que de la meseta castellana. Coparon los aledaños de La Balastera, ataviados con las camisetas del 'play off' del año pasado, y se extendieron como un reguero de pólvora por las calles del barrio de Pan y Guindas en su búsqueda del centro de Palencia.
Los aficionados jienenses saluda a los palentinos al término del partido. EL NORTE DE CASTILLA.
Algunos no quisieron peregrinar y buscaron refugio a la sombra de portales y bancos bajo los árboles donde dar cuenta de los bocadillos que viajaron también en la docena de autobuses desplazados desde Jaén para presenciar el partido entre el Palencia y su equipo. «Se ha hecho un poco largo, pero hemos echado algún sueño», decían unos. «Un par de ellos», añadían otros.
Entre trago y mordisco, hicieron tiempo hasta que, sobrepasadas las 16 horas, llegaron los jugadores del Jaén al estadio de La Balastera, tras haber hecho noche en Valladolid, y fue entonces cuando corearon sus nombres al salir del autocar.
Entre trago y mordisco, hicieron tiempo hasta que, sobrepasadas las 16 horas, llegaron los jugadores del Jaén al estadio de La Balastera, tras haber hecho noche en Valladolid, y fue entonces cuando corearon sus nombres al salir del autocar.
Los que quisieron estirar más las piernas se acercaron hasta el centro de la capital palentina. «Las peñas del Palencia nos han mandado ir a un bar que se come muy barato», decían unos aficionados del Jaén. Leáse El Trompicón. Y allí que se fueron los seguidores jiennenses. Otros, con la garrafa de cinco litros de mojito, preguntaban por la Plaza Mayor y por la catedral, «que nos han dicho que es muy bonita». Y en el centro neurálgico de la ciudad se dieron cita numerosos jiennenses que hicieron parada y fonda en las terrazas.
Mientras, la afición del Palencia se concentraba en el bar Novecento de la capital palentina, donde habían encargado precisamente bocadillos de El Trompicón para comer. Y por allí se acercaron algunos seguidores también del Jaén, que comprobaron la hospitalidad palentina.
Mientras, la afición del Palencia se concentraba en el bar Novecento de la capital palentina, donde habían encargado precisamente bocadillos de El Trompicón para comer. Y por allí se acercaron algunos seguidores también del Jaén, que comprobaron la hospitalidad palentina.
Reunidos en torno a sus banderas, los saludos y deseos de suerte fueron constantes entre miembros de las peñas Frente Vacceo y Muy Moraos con jóvenes de la Peña Orgullo Lagarto jiennense. «Ha venido a Palencia gente de León y de Logroño que están hermanados con nosotros», decía un miembro de los Muy Moraos.
Y así, entre cañas, calimocho y lo que los bares sirvieran, llegó la hora del partido. Y ahí, cada mochuelo se fue a su olivo. Y claro, en cuestión de olivares, ya se sabe que Jaén es una potencia, así que la cosecha les fue mejor a los andaluces. Habrá que ver cómo siembra el Palencia
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