martes, 1 de noviembre de 2011

CON J DE JAEN (XVII)

Siguen con nosotros

Estamos en vísperas de celebrar una festividad entrañable por lo que conlleva para la vida y el recuerdo de cada uno de nosotros. 

Para los católicos, entre los que me incluyo, hoy, primer día de noviembre, es una fecha en la que recordamos a ‘Todos los Santos’, es decir, aquellos que en vida tuvieron un comportamiento ejemplar, pero no se veneran  en los altares. Son los ‘santos anónimos’. Mañana, recordaremos a nuestros seres queridos que ya partieron de este mundo, pero que siguen con nosotros en nuestro quehacer diario.

Por tanto, creo que es un buen momento para recordar no sólo a los deportistas que fueron conocidos, sino también a lo que realizaron una gran labor en pro del deporte jienense, de manera totalmente desinteresada, y dando la vida incluso en su lucha por hacer las cosas bien para que su actividad estuviera en constante progresión.

Hay deportistas jienenses que nos dejaron y que los recordamos porque las autoridades o clubes a los que pertenecieron se encargaron de colocar su nombre a instalaciones o se organizan ‘memoriales’ en su recuerdo.

Así, en un abrir y cerrar de ojos, me vienen a la memoria deportistas como Paco Manzaneda (el domingo) se celebró una media maratón en su honor), los hermanos Antonio y Jesús David Roldán, Carlos Martínez, a los que, recientemente, se han ofrecido partidos homenajes; no olvidamos a los atletas, Ángel Cortés y Juan David de la Casa; el ciclista, Ramón Guerrero Pozas, que hace unos días nos dejó; del mundo del fútbol, Quico Álvarez, ‘Tolo Plaza’, ‘Antoñete’, Martínez, ‘Lozano’ o el dirigente federativo Pepe Pérez; Antonio Maza (Tenis de Mesa); Juan Francisco Garrido (Baloncesto); Jaime Esteban (Taekwondo); Gil Ramírez, un todo terreno en cualquier actividad deportiva; Ricardo Cruz o Ángel Cano (Montañeros), y un sinfín de jugadores, directivos, peñistas, funcionarios, políticos y periodistas, que harían interminable este comentario.
Pero al margen de ellos, quiero en este día recordar a los deportistas o personas vinculadas a cualquier función al mundo del deporte, que pasaron sin hacer ruido, sin que los medios de comunicación airearan sus nombres; aquellos que se mantuvieron en el anonimato, pero que realizaron una labor encomiable, digna de todo elogio. 

Ellos sólo trabajaban por y para el deporte de Jaén, sin importarle los parabienes ni su presencia pública. No me gustan los homenajes póstumos y, aunque es gratificante que se acuerden de uno para los familiares, amigos o conocidos, aún lo sería más, si la propia persona hubiese disfrutado del reconocimiento a su labor.

Por tanto, vaya nuestro recuerdo y nuestra admiración para todos nuestros deportistas que ya no están con nosotros, pero siguen, allá donde estén, luchando y trabajando para que el deporte jienense no se detenga. 

Ellos nos dieron ejemplo en vida y son los ‘espejos’ en los que cada día nos debemos de mirar para que nuestro deporte siga creciendo.