Carlos Sánchez López, está pasando los peores momentos desde que llegó al Real Jaén allá por el mes de octubre de 2.003. En plena feria de San Lucas y en los albores de una nueva temporada, Sánchez se hizo con algo más del 65% del accionariado de la entidad jienense, que poseía en aquellos momentos el empresario malagueño, Manuel Gil Vázquez que las había recibido, a su vez del Ayuntamiento de Jaén, que fue el accionista mayoritario cuando el club se convirtió en SAD.
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Carlos Sánchez, que durante gran parte de su periodo fue elevado a los ‘altares’, siendo catalogado como el auténtico ‘Mr. Marshall’, vive unos momentos delicados ya que las cañas se le han vuelto lanzas.
El club, ahora como SAD, vive uno de los instantes más delicado de su existencia, y lo que es peor que a corto plazo “no tengo soluciones”, tal y como ha dicho Sánchez a los propios jugadores y empleados de la entidad.
Sánchez fue llamado a salvar al club (octubre de 2.003) y fue recibido en olor de multitudes. Deportivamente el equipo no estuvo a la altura de las circunstancias en cuanto a resultados, transcurriendo las temporadas con más pena que gloria.
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Económicamente el equipo no despegaba y se hicieron gestiones para que llegara un nuevo ‘salvador’. En este caso fue Juan Miguel Hitos (enero de 2.006), el que se hizo con el paquete mayoritario, afirmando en su presentación que “el Real Jaén estará en cinco años en Primera División”.
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Pero en fútbol ‘nada hay escrito’ por lo que Hitos, después de gastar mucho dinero, se marchó porque las promesas que le hicieron para que viniera no se cumplieron, dejando de nuevo como máximo accionista a Sánchez, pero ahora con algo más del 53% de las acciones, ya que el 12% restante se lo quedó su hermano Sergio.
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Hasta la llegada de Carlos Terrazas, Sánchez no ha había vivido a su alrededor el ambiente excepcional que dan los resultados. Alabado, querido, apreciado y valorada su gestión, recibió innumerables parabienes: distinciones, homenajes, aplausos, era como un ‘dios’ para la afición. Todos eran elogios y, aunque cometió algunos errores, que el mismo conoce mejor que nadie, no había ni una sola crítica a su labor.
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Sánchez acudía a fiestas y a actos sociales en olor de multitud. Los peñistas y los aficionados lo aclamaban al entender que era la persona idónea para llevar al equipo a Segunda División.
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Sin embargo, no podemos olvidar en sus siete años de presencia en el club que fueron muchas las personas que lo han acompañado como miembros tanto de las juntas directivas como en el Consejo de Administración, pero poco a poco lo fueron abandonado sin dar a conocer las razones exactas de su huida, hasta el punto de que muchos de ellos ya no han vuelvo a aparecer por el estadio.
La decepción del golpe recibido por la derrota ante el Villarreal B, que le impidió al equipo ascender a la División de Plata del fútbol español y la dimisión irrevocable de Terrazas, -a pesar de las críticas aparecieron- se salvaron con la presencia de nuevo del equipo, al término del pasado ejercicio, en la fase de ascenso, en la que el filial del Barça impidió cumplir el objetivo que se perseguía.
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Con la marcha de Terrazas aparecieron las primera voces de protesta contra Carlos Sánchez, pero nadie debe de olvidar el gran trabajo y el esfuerzo que hizo para sacar adelante la entidad. Los jugadores se fiaban de él, el Real Jaén era un club que cualquier futbolista se lo rifaba para venir, los comentarios en toda España estaban basados en que era un club cumplidor con sus jugadores y, aunque hubo momentos de penuria, todos confiaron en ‘su’ presidente porque “siempre cumple su palabra”, decían.
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Pero en los últimos tiempos todo se ha desmoronado con un castillo de naipes. Sánchez ha pasado de la gloria al infierno. De recibir la insignia de oro de la entidad por parte de las peñas a ser atacado ferozmente por todos los sectores del entorno del club; de acudir a fiestas y saraos en olor de multitud a no aparecer por ningún sitio, de ser una persona con credibilidad a tener muy poca gente a su lado.
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Sánchez está solo y, ha visto que en sólo unos meses ha pasado de héroe a villano, de disfrutar momentos apoteósicos, ha pasado instantes de soledad. Es por ello que quiere dejar la sociedad, pero no a cualquiera. Él, que mejor que nadie sabe lo que hay en este club, no quiere entregar el testigo al primero que llegue. Debe de ser alguien con solvencia, porque para seguir en precariedad, entiende que puede pasar aquello, que más vale malo conocido, que bueno por conocer.
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Con Carlos Sánchez quizás se equivocaron quienes tan alto lo pusieron y tanto lo alabaron, pero es cierto que ahora no merece tantos dardos envenenados en contra de su gestión y de su persona.
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Sánchez, al que ahora ya nadie cree, a pesar de lo que ha sido, puede que siga el camino de otros presidentes que le precedieron. Sí, el sendero de que, tras haber sido encumbrado en todo lo alto, se tuvieron que marchar de la entidad por la puerta de atrás. Es injusto, pero la vida es así.
1 comentario:
Contreras, lo has clavado.
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