MANUEL CONTRERAS - CON J DE JAÉN
Proteger a los árbitros
Manuel Contreras
19/04/2015 23:40
19/04/2015 23:40
No pasa una jornada, en fútbol sobre todo, en la que algún árbitro no sea agredido, incluso chicos de 15 años que empiezan y que pitan partidos de alevines o infantiles, porque de insultos e improperios están ya bien surtidos en cada partido. Ellos, que se prepararan adecuadamente y pasan sus exámenes y controles para ejercer su labor con justicia y su principal fin es ‘pasar desapercibidos’, raro es el partido en el que no son protagonistas.
Un mínimo error, un fuera de juego que lo es o no lo es por medio centímetro, alguna acción que no ve por la rapidez que se produce, la expulsión que se entiende rigurosa o la concesión o anulación de un gol, producen las iras de aficionados, jugadores y, por qué no, también de directivos.
Siempre el culpable de la derrota es el árbitro, y no es justo. Y no lo es por la dificultad que entraña su labor. Tienen que decidir en décimas de segundo y no se les permite errores que, como humanos, cometen, como también los jugadores y entrenadores. Cada jornada observamos por la ‘tele’ cientos de jugadas que, aún con imágenes paradas, repeticiones y líneas rojas, amarillas o verdes no tenemos claras, pero los árbitros que no tienen moviola, sí, ellos sí tienen que acertar. Si no lo hacen, es increíble, reciben, además, las críticas de ‘ex colegas’ que dejaron mucho que desear, y ahora, en los medios de comunicación, se atreven a dar lecciones de lo que ellos vivieron y sufrieron.
La pasada semana el ‘objetivo’ fue el árbitro linarense Cristóbal Montoro Garrido, agredido en Huétor-Tajar, presuntamente, por un ‘energúmeno’ de ¡unos 60 años! luego de un gran tumulto con invasión de campo. ¡Todos a por el árbitro que, por su culpa, hemos perdido! sin que nadie se acuerde del fallo del delantero, el despeje inadecuado del portero o el error del defensa.
Ahora que la Comisión Antiviolencia está ‘dando fuerte’ con elevadas multas por gritos racistas o acciones antideportivas y es algunas veces tan escrupulosa, mano dura también para los que agreden a los árbitros, ante la desprotección que tienen debido a la ausencia de Fuerzas de Orden Público que, por falta de efectivos, sólo pueden acudir cuando son requeridos. En el ‘Bernabeu’, ‘Camp Nou’, o incluso ‘La Victoria’, es más complicado acercarse al árbitro que en esos ‘campos de Dios’, donde son agredidos. Con severas sanciones, dado que el bolsillo al parecer es lo que más duele, a lo mejor, esos ‘energúmenos’ se lo piensan, al menos dos veces, antes de llevar a cabo su fechoría. ¡Ah! y no olvidemos que “sin árbitros no habría fútbol”.
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