Con J de
Jaén
Arévalo y
Jara Labella
Manuel
Contreras
El último pleno del Ayuntamiento de Jaén, con el
voto afirmativo de las tres fuerzas políticas que lo componen (PP, PSOE e IU),
es decir, por unanimidad, aceptaron las propuestas recibidas y dos hombres
destacados en la vida de los jienenses, darán nombre a dos recintos deportivos
de la capital.
Me congratulo que personas que tanto aportaron a
nuestro Jaén, se les reconozca, porque ya no lo van a poder ver, su dedicación y
trabajo, mucho y bueno, a nuestra tierra. Me agrada que un PROFESOR, con
mayúsculas, como Manuel Jara Labella, dé nombre al pabellón del barrio de Santa
Isabel, que ni lo ha construido la Junta de Andalucía, ni los terrenos son del
Ayuntamiento, como expusieron, como dardos envenenados, los representantes de PSOE
y PP; ese recinto lo han levantado los jienenses, de los que también son los
terrenos, señores ediles. Aquí los políticos no tienen nada, solo la parte que les
corresponde como ciudadanos.
Jara Labella fue un tipo excepcional.
Humilde,
pero grande, luchador, trabajador, constante y creo que adelantado a su tiempo.
En la petición para que Jara Labella diera nombre a una calle de Jaén, al final
será el Pabellón del barrio isabelino, se exponía “por su labor docente
dedicada a los niños más desfavorecidos, amor al deporte, y portador de grandes
valores trabajando durante años en el seno de un barrio humilde de Jaén y en
tiempos en que el esfuerzo y la constancia eran motores del triunfo; además,
paseó de forma altruista y comprometida el nombre de Jaén”.
Otro que dará nombre a un recinto deportivo, el
actual ‘Ciudad de Jaén’, antes ‘Felipe Arche’, será mi gran AMIGO, COMPAÑERO y,
sobre todo, MAESTRO, Fernando Arévalo. De él podría completar cientos de
páginas de lo que compartimos durante casi 40 años, que se dice pronto. Nunca
olvidaré que, por mi habitual saludo ‘Paz y Bien’, en sus artículos me definía
como “el ‘Padre Contreras’, el que nos habla desde el púlpito de la Cope”.
Arévalo era el comunicador de comunicadores, al menos para mí; un profesional
íntegro, ejemplar, cercano, luchador y siempre al pie de la noticia.
Periodista, en todo el significado de la palabra, pero sobre todo, periodista
deportivo.
En el final, dos matizaciones. Una, que estas
instalaciones, olvidando el pasado, las llamemos por sus nombres: ‘Jara
Labella’ y ‘Fernando Arévalo’. Y dos, me entristece que, una vez más, los
reconocimientos lleguen cuando ambos ya no pueden verlo. Para que la historia
no se repita, que estamos hartos de ello, los homenajes que se hagan en vida. Sí,
en vida, y así serían más reconfortables y gratificantes para todos, pero mucho
más para los que lo reciben. ¿O no?